La tesis de que el acto de quitarse la vida puede evitarse, sustenta este sábado la celebración del Día Mundial para la Prevención del Suicidio en todo el planeta.
Cada año mueren por esta razón casi un millón de personas, lo que equivale a un individuo cada 40 segundos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El suicidio es un evento que afecta de manera global a las familias, a las comunidades y a los países, y por cada deceso por esta vía, 20 personas lo intentaron sin el resultado esperado.
Ese acto constituye la segunda causa de muerte en el grupo de 15 a 29 años de edad, puntualizó la fuente.
El suicidio –que deja mucho dolor en el sitio donde ocurre- es un problema complejo en el que intervienen factores: psicológicos, ambientales, sociales y biológicos.
Hoy sigue siendo un problema social, y especialistas en salud mental alertan sobre comportamientos previos a esta fatal acción.
Michael Roeske, psicólogo clínico y director principal del Centro de Newport Healthcare para la Investigación y la Innovación aclaró que algunos individuos mantienen una actitud habitual antes de tomar la decisión, mientras otros tienen un modo de actuar que no se corresponde con el normal en ellos.
Hay personas que regalan pertenencias preciadas, duermen poco o mucho, prefieren la soledad y conducen en estado de embriaguez.
Otras hasta lo ensayan, “pues muchas veces la gente necesita trabajar para hacer ese intento real porque es algo biológico contra lo que tienes que ir, tu propia supervivencia», subrayó Roeske.
Para Roeske, es vital tomarse en serio cuando alguien habla de querer morir, ya sea por suicidio o de otra manera.
“Si alguien está luchando por encontrar una razón para vivir, esa es una persona de mucho mayor riesgo”, comentó el experto citado por el sitio digital de CNN.
Los que dicen ya no me necesitas o sin mí estarían mejor reproducen un sentimiento de que son una carga para sus más cercanos, también tienen peligro para su vida, explicó Roeske.
Los factores psicológicos, las situaciones angustiosas o la genética pueden aumentar la probabilidad de que alguien considere atentar contra su vida.
Entre ellos, ejemplificó el psicólogo, la desesperanza, dolor crónico por enfermedad grave, antecedentes familiares de suicidio, perder el trabajo, ahorros, seres queridos y pareja.
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