Son las seis de la mañana y apenas raya el alba. Con la primera luz del día, navegan la bahía de Bluefields en busca de su marca, botellas de plástico que funcionan como boyas y donde han sujetado sus trampas, unos platillos con pequeños trozos de pescado que atraen a las jaibas, crustáceos que los pescadores nicaragüenses logran comercializar.
«Salimos oscuro de la casa tipo 3 o 4 de la madrugada, y todo que aclare comenzamos a tirarle, para poder llegar una caja de 80 tenemos que hacer hasta 6 y 7 revisadas«, dijo Óscar Ruíz, pescador de Bluefields.
En la bahía nos encontramos con Reyna y Jerry, una pareja que llevan juntos diez años y han formado equipo para la captura de jaiba, ella es la motorista y él, el encargado de levantar las trampas.
«Cuando esta bueno atrapamos de 100 hasta 140 libras. El proceso es un día antes, el escarlamiento es en la tarde, máximo una hora«, mencionó Reyna Centeno, pescadora.
Se xporta entre 13 y 15 contenedores de carne de jaiba al año
Por lo tanto, cada libra de jaiba capturada es pagada a 20 córdobas. En días buenos los pescadores entregan de 200 a 300 libras cada uno, lo que representa un excelente ingreso.
Cabe destacar que, el recurso es comprado por la Empresa Caribbean Blue.
«Gracias al pescador que nos apoya. Lo tratamos con respeto y dignidad pagándole un precio justo en el momento en el que entrega su producto. En la planta tenemos más de 250 personas laborando, y un 70 % son mujeres, madres solteras», explicó Henry Myers, gerente de la empresa Caribbean Blue.
Según la empresa, ésta jaiba es exportada a Norteamérica. Myers destacó que se exporta entre 13 y 15 contenedores al año.
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