Redacción: 19 Digital
El árbol de tuno es una especie que nace en las espesas montañas del Caribe Norte de Nicaragua, los antepasados la utilizaban como la principal materia prima para la elaboración de sus vestimentas y utensilios para el hogar, una práctica que en la actualidad ha sido retomada por un grupo de mujeres de la comunidad de Sakalwas en el municipio de Bonanza, Triángulo Minero.
A través de la cooperativa Mayaring las mujeres pertenecientes a la comunidad Mayangna se han dado a la tarea de elaborar y comercializar piezas únicas, lo cual es para ellas un mecanismo de trabajo pero sobre todo de mantener la vigencia de sus tradiciones.
“La cooperativa empezó en el año 2010 con el objetivo de fortalecer la identidad de nuestro pueblo indígena, nosotros trabajamos con la corteza de tuno y elaboramos de forma artesanal bolsos, billeteras, trajes de fantasía, sombreros, cuadros, además los pintamos a mano. La materia prima la compramos a otras mujeres, luego la preparamos, lavamos y secamos para luego realizar las piezas. Tenemos el compromiso de mostrar a las nuevas generaciones parte de este talento heredado”, refirió Brenda Taylor, presidenta de la cooperativa.
“El tuno es importante para nosotros, es símbolo de nuestra identidad y esta cooperativa nos ha permitido adquirir ingresos económicos para el bienestar de nuestras familias, actualmente somos 10 mujeres las que nos dedicamos a este trabajo, los productos los vendemos a nivel local, regional y nacional a través de las ferias de la economía y nuestro producto también ha sido comercializado a nivel internacional en Guatemala, Costa Rica y México”, destacó Taylor.
Adela Mercado Frank, es la fundadora de la cooperativa Mayaring, ella fue quien compartió sus conocimientos con sus compañeras y tiempo después iniciaron el proceso de creación de la cooperativa y el establecimiento del taller de costura, que ha sido dotado de maquinarias a través del apoyo del Gobierno Sandinista.
“Desde pequeña conocí la planta de tuno, nuestros antepasados la utilizaban como vestimenta y sábanas, causando un gran impacto en mí, sin embargo, con el paso de los años el uso de este material se iba perdiendo y es ahí cuando analicé la importancia de rescatar esta práctica y aplicarla a la vida cotidiana de las mujeres y es ahí cuando inicié a trabajar con el tuno”, dijo Mercado.
El acompañamiento del Gobierno Sandinista ha sido vital en esta cooperativa, tomando en cuenta que es un espacio en el que las mujeres están generando recursos económicos y siendo pieza clave en la conservación y promoción de las tradiciones.
“Estamos brindándoles asesoramiento y charlas sumado al apoyo constante durante su participación en las ferias de economía familiar, también han venido mejorando sus mecanismos de trabajo a través de la capacitación en las escuelas de oficio. El gobierno les otorgó este espacio donde ellas instalaron su taller, además de sus herramientas con las que están saliendo adelante”, concluyó Keyling Tórrez, directora de Economía Creativa, de la Alcaldía de Bonanza.
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