Al completar el proceso de admisión de los migrantes, un segundo grupo de al menos 10 extranjeros se entregó, por lo que el agente comenzó a procesarlos, mientras los primeros cinco esperaban su traslado a las instalaciones de CBP.
Aproximadamente 20 minutos después, mientras procesaba al segundo grupo, el uniformado observó a la menor hondureña desenvolviendo a su bebé de una manta e intentando despertarlo. Después, le preguntó a la joven migrante si algo andaba mal, y ella le contestó que su bebé tenía tos.
El efectivo continuó procesando al segundo grupo cuando observó que la madre hondureña todavía estaba revisando al bebé y hablaba con otra mujer de su grupo que también quiso revisar al recién nacido.
El agente volvió a cuestionar a la inmigrante sobre la salud del bebé y ella respondió que estaba comprobando si el recién nacido estaba respirando, por lo que el agente se acercó a revisarlo.
El niño, que había nacido en México hacía 17 días, tenía una temperatura normal. Sin embargo, no respondía cuando lo tocaban. “Los puños del bebé estaban apretados y sus uñas se decoloraban”, detalló la CBP.
La madre, de 15 años, informó que el bebé había estado tosiendo y no había comido en todo el día.
Al percatarse de la emergencia, el agente solicitó ayuda médica, pero no había servicios cercanos por tratarse de una zona despoblada y de difícil acceso, por lo que se decidió trasladar a la madre y al bebé a una tienda sobre la carretera donde se encontraron con los bomberos de la cuidad de McAllen y los servicios de emergencia, que intentaron reanimar al infante.
El pequeño fue trasladado al Hospital Regional Río Grande en McAllen, Texas, donde fue declarado muerto cerca de las 8.21 de la noche (hora local).
El Juez de Paz del Condado de Hidalgo y la Oficina de Responsabilidad Profesional de CBP están revisando el incidente. La Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional también fue notificada.
Fuente: EFE
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