La agricultura local para el desarrollo sostenible en el municipio de Siuna

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De madrugada, los campesinos preparan sus bestias. Las cargan con frutas, verduras, granos básicos, derivados lácteos y muchos otros productos propios de sus parcelas. Salen desde sus comunidades con destino a la ciudad de Siuna, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte de Nicaragua (RACCN), un municipio lleno de naturaleza y riqueza multicultural, donde prevalece su histórica minería artesanal, la producción láctea, la agricultura y la ganadería. Además, cuenta con un territorio indígena que conserva sus tradiciones ancestrales.

Estos comuneros campesinos, durante tres días se estacionan en el Mercado de Feria o Mercado Campesino de este municipio, ubicado a 318 kilómetros de la ciudad de Managua, capital de Nicaragua, zona núcleo de la Reserva de Biósfera Bosawás. Ellos viajan con sus productos alimenticios para ofertarlos y venderlos a precios simbólicos a la población, constituyéndose en una fuente de vida para la economía comunitaria y el desarrollo local.

Lo que inició como una prueba por parte de los campesinos en encontrar una fuente económica que contribuyera a su Buen Vivir, se ha convertido en una práctica de semana a semana, siendo hoy en día una tradición que ya cumple 10 años.

Esta importante iniciativa es aprovechada por la población de esta ciudad, ubicada en el Triángulo Minero, y permite, particularmente a las familias de escasos recursos, adquirir productos de primera necesidad a precios módicos y ajustables a su economía, la cual ha sido grandemente afectada por la pandemia COVID-19.

A esta breve estación del sector campesino, que inicia jueves y concluye sábado, asisten a formalizar sus ventas comunitarias más de 100 agricultores, quienes se las ingenian para enrumbar sus bestias por caminos escarpados y estrechos que en invierno se complican más. Ellos, sin embargo, matizan cada ruta desde la experiencia de recorrer estos lugares por muchos años, pudiendo de esta manera abastecer el mercado municipal y fortalecer las economías comunitarias con precios accesibles y productos de gran calidad.

Compradores buscando variedad de productos en el mercado de feria.

El sistema de producción, consumo y comercio es una red conformada por las instituciones del Estado, que aseguran la productividad en la región, entre las que se encuentra la delegación del Ministerio de Economía Familiar Comunitaria Cooperativa y Asociativa (MEFCCA). Al respecto, el delegado de esta instancia estatal, Ing. Eloy Roque, destaca que los productores están practicando la agricultura de granos básicos para autoconsumo y venta de excedentes.

Un dato importante que señala Roque es que la región ocupa el segundo lugar del país donde más ganadería bovina se práctica y se produce. También se producen raíces y tubérculos, además de musáceas, aunque, hace unos años atrás se han insertado los sistemas agroforestales con Cacao como parte de la actividad económica. En este sentido, es importante subrayar que el MEFCCA trabaja con el programa de gobierno Patio Saludable, hortalizas en pequeñas escalas y huertos saludables, con pequeños estanques piscícolas y alguna agregación de valor y transformación.

No obstante, los productores deben replantearse nuevas formas de diversificar sus fincas y no quedarse solo con los granos básicos, ya que tras el fuerte impacto de la pandemia COVID-19 la aportación de la producción local el vital para dinamizar la economía y la sostenibilidad de las familias, quienes tienen acceso a alimentos sanos, frescos y de buena calidad, producidos de forma natural, sin uso de químicos, promoviendo prácticas agroecológicas.

El Mercado de Feria, por tanto, representa una valiosa oportunidad para pequeños agricultores y para las familias siuneñas (gentilicio de Siuna), ya que desde este espacio se genera un intercambio de valores que revitaliza la economía local. Además, promueve un estilo de vida saludable, basado en el acceso a comida fresca y natural.

En este sentido, el ingeniero Óscar Montalván, investigador de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN) en el recinto Las Minas, con su sede en Siuna, quien ha realizado procesos de acompañamientos a los productores, profundiza en la necesidad de desarrollar y fortalecer el sector agrícola para que haya diversificación de semillas, porque muchas veces se estancan con un solo fruto, y luego les toca comprar en el mercado productos de los cuales ellos pueden cosechar en sus fincas.

“Los productores deben de tener de todo en sus fincas, desde una planta medicinal hasta productos alimenticios para la sobrevivencia y que sean consumidos por los siuneños y no tengamos que comprar lo que viene del Pacífico (nicaragüense)”, explica Montalván.

Es meritorio destacar que hay agricultores y agricultoras que contra viento y marea han podido emprender sus negocios y suplir alimentos a este municipio. Esta es una valiosa lección para poner en justa perspectiva las prioridades a la hora de realizar las siembras.

El rol de las autoridades municipales

Otro aspecto importante a señalar es el rol que realizan las autoridades municipales con la apertura de vías de acceso para que los productores tengan la facilidad de sacar sus productos a vender y puedan llegar con más garantía a la ciudad de Siuna, en el entendido de que estos actores son claves para el desarrollo local y representan un valuarte para las economías comunitarias: un aporte de lo rural a lo úrbano.

Al respecto, el alcalde Otilio Duarte Herrera, detalla que “en lo que va de este año hemos construido más de 23 kilómetros de carreteras, pero además se han reparado alrededor de 60 kilómetros de vía que permite a los comunitarios la accesibilidad a la comercialización de sus productos”.

Producción comunitaria que aporta al Buen Vivir

El Ing. Roque asegura que, “hemos hecho énfasis en la diversificación y es que la estrategia de conservación para el desarrollo sostenible consiste básicamente en diversificar, e intensificar la producción, mediante el aprovechamiento múltiple de sus recursos y ambientes naturales como una oportunidad vital para el desarrollo y el fortalecimiento de las economías comunitarias”.

El municipio de Siuna cuenta con varias fincas modelos que robustecen el sistema de producción comunitaria. Una de estas es la del productor Enrique Úrbina, quien relata que cuando compró su propiedad era completamente deforestada, pero hoy en día tiene diversidad de plantaciones, hectáreas de plátanos, yucas, banano de todo tipo, variedad de árboles frutales, nancite, limón, pitaya, café, maíz, frijoles, cacao, entre otros.

“Yo tengo de todo para comer, no me he quedado sembrando una sola cosa. Me gusta mucho trabajar, también he implementado otras alternativas, tengo una chanchera, crianza de chivos, patos, ganado y estoy haciendo unos gallineros”, relata con humildad el productor, con el que además, abastece el mercado local, donde pone a disposición sus productos.

Este sistema económico local conlleva, a su vez, una práctica ancestral donde el intercambio de valores representa la búsqueda del bienestar común, compartiendo el alimento con los demás miembros de la comunidad a un costo significativo, ajustado a sus posibilidades.

Mercado de Feria, un día jueves.

Esta dinámica resalta y afirma que el productor trabaja para vivir, para desarrollar su entorno y aportar al desarrollo local pensando en economías comunitarias, no con una visión mercantilista, sino de compartir la vida, es decir, el alimento que produce la tierra. Lo que este propietario afirma es vital: “el campesino debe tener de todo, es triste ir al pueblo a comprar un plátano para comérselo en la finca, cuando tenemos la tierra para producir” y compartirlo con los demás a precios justos.

Don Emilio Puerta Toledo, de la comunidad el Come Negro, ubicada en la cordillera del cerro Bosawás, ofrece sus productos en el Mercado de Feria. Recorre 29 kilómetros para llegar a Siuna, él manifiesta que lo que más produce es el quequisque rojo, tiene aproximadamente 22 manzanas, de las cuales vende 5 quintales los tres días de la semana.

“En mi finca también tengo plátano y banano patriotra, el famoso banano jocote, produzco cuajada, pijibay, chiltoma, tomate y malanga, que cuando están es su temporada los traigo a vender”, asegura el campesino.

Este productor –Toledo- asegura que la mayoría de sus productos las siembra de forma natural, “el quequisque es lo único que desyerbamos con gramozón, porque hay una maleza que lo afecta conocida como ‘mal seco’, pero los demás productos son producidos de forma natural. He tenido la experiencia que han venido (del Caribe Sur) a comprarme el quequisque, el año pasado vendí 280 quintales, vinieron desde Nueva Guinea a comprármelo”, relata con orgullo, aportando a otra zona del país y en este caso a la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, dado que el la ciudad mencionada pertenece a dicha región.

Períodos que aprovechan los productores

Este municipio ha estado innovando con la siembra de tubérculos, como el quequisque rojo, que es producido en distintas comunidades y exportado a municipios de la zona del Caribe Sur del país, sobre todo por la calidad comprobada que este determina al momento de su consumo, lo que ha llevado a convertirlo en un referente a nivel regional.

Según Roque, en Siuna los productores aprovechan tres períodos para la producción: la primera, postrera y apante, sin embargo, debido a la disminución constante de producción se han iniciado a innovar nuevas estrategias de cultivo, adoptando el sistema de riegos usados en el Pacífico del país.

La calidad del producto local versus el importado

Uno de los problemas que a veces enfrenta el producto local es la importación de productos que vienen del interior del país, que muchas veces llegan a esta ciudad con etiquetas y su valor es más costoso. No obstante, estos productos vienen directamente a los negocios del mercado local que comercializan a diario, lo que pone en desventaja a los comunitarios, quienes no pueden competir con grandes empresas que abastecen este tipo de mercado. A pesar de ello, la población ha comprendido el valor económico, cultural y simbólico de los productos que los campesinos llevan al Mercado de Feria.

Es por esta razón que los productos locales son más cotizados en el mercado de feria y la aceptación por los consumidores es amplia. Al respecto, el ciudadano Jackson Moisés Sosa, cada semana visita este mercado en busca de productos frescos y de calidad. “Desde la apertura de este Mercado de Feria, se ha vuelto para mi familia una tradición, venir a comprar verduras, frijoles, frutas, cuajada, crema, queso, porque los precios son bajos en comparación al mercado local o pulperías”, destaca con firmeza.

“Imagínate que aquí –mercado de feria- encuentro ayotes en 10 córdobas y en otro lado lo hallas en 20 córdobas, con 20 compro dos, son productos frescos y con precios favorables”, refirió Jackson.

Desafíos para continuar con la mejora de la agricultura local  

Productos de los que se ofertan en el mercado de feria.

Los expertos en materia de agricultura, como el Ing. Montalván, recomiendan que lo primero que se debe hacer para mejorar nuestra agricultura local en el municipio es fomentar la diversificación productiva, además, es necesario que los jóvenes hijos de los productores y productoras se formen como técnicos agropecuarios, para que vayan actualizándose con nuevos métodos siempre con el cuido de la madre tierra.

Otro aspecto importante es fomentar la agricultura de patio, podemos cosechar en nuestras casas e incluso como plantas ornamentales, el orégano, cilantro, sácate de limón, chile, jengibre, hierva buena y más, resalta el ingeniero.

A esto se suma, que es estratégico definir nuevos ciclos de establecimiento de los cultivos, dejar las tradiciones de que solo en primera, postrera y apante se cultiva. Y finalmente enseñar a los productores nuevas formas de presentación de sus productos en el mercado local como un valor agregado.

 

 

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