«No quites la vida del inocente y justo» (Ex 23, 7) es unos de los múltiples mensajes encontrados en las sagradas escrituras y en las que se basa la iglesia católica para repudiar hechos desgarradores como el asesinato de las dos menores de edad en el municipio de Mulukuku, Caribe Norte.
“Como un gesto de hermandad la iglesia católica ha estado pendiente, dándole acompañamiento a la madre de las niñas, ya que eran parte del grupo de infancia misionera en la iglesia de la comunidad Lisawe” expresó el Padre William Mora Párroco de la parroquia Espíritu Santo Mulukukú.
El Catecismo de la Iglesia Católica, enseña que el homicidio voluntario de un inocente es gravemente contrario a la dignidad del ser humano, a la regla de oro y a la santidad del Creador.
“Como iglesia nos unimos consternados por este terrible suceso, al conocer la noticia de inmediato buscamos todos los medios, preparativos para su vela y sepelio, muchas familias se desbordaron con sus ayudas, hemos estado y seguiremos con la familia hasta el último momento” manifestó el religioso.
Niños y niñas envían un mensaje
No han nada mejor que sean los niños quienes emitan un mensaje para detener la violencia hacia su derecho a la vida, por lo que con la finalidad de hacer eco en la conciencia de cada uno de las y los nicaragüense durante el periodo del último adiós a las niñas víctimas de violencia, niños y niñas portaron pancartas con mensajes de llamado a la no violencia, a pedir que no quieren perder ni un niño o niña más por odio y violencia de seres sin amor hacia las demás personas.
Un llamado a la reflexión
Como un llamado especial el presbiterio Mora expresó “como nicaragüense debemos reflexionar qué rumbo está tomando nuestra sociedad, no debemos convertirnos en una sociedad de odio, si no en una sociedad de lucha hacia la unidad, el respeto a la vida”.
“Sigamos orando en todo momento por los padres de familia que han perdido a sus hijos o hijas y por los niños que han perdido a sus padres por tragedias similares, recordemos siempre que el bien vence al mal” finalizó el Padre William Mora.
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