Estados Unidos anunció este viernes que en los últimos cinco meses ha deportado hacia México a más de 17 mil migrantes de Venezuela, Nicaragua, Haití y Cuba a través de la frontera desde que el gobierno mexicano accedió por primera vez en la historia a recibirlos en mayo pasado.
“Desde el 12 de mayo hemos repatriado ya a más de 17 mil individuos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela en la frontera”, dijo Blas Núñez-Neto, subsecretario de política fronteriza e inmigración del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos.
Se considera histórica esta deportación dado que México nunca había aceptado recibir a gente de otros países bajo la figura de “deportación”. El programa implementado en la frontera norte es parte de la estrategia del Gobierno estadounidense para intentar inhibir los altos cruces irregulares de migrantes en meses recientes.
Asimismo, el gobierno de México busca que los gobiernos de Brasil, Colombia, Cuba, Nicaragua y Venezuela acepten los vuelos de retorno de sus migrantes desde territorio mexicano, dijo el Instituto Nacional de Migración (INM).
Las gestiones, que el INM solicitó iniciar a la cancillería, se producen en medio de un incremento de los migrantes que atraviesan México en su intento por llegar a Estados Unidos desde el Caribe, Sudamérica y Centroamérica.
El INM detalló que del 1 de enero al 3 de octubre identificó a casi 1.6 millones de “personas extranjeras irregulares” en el país, de los que 138,251 eran menores de edad y anunció que está buscando terreno para instalar un albergue que asista a familias y menores de edad en Ciudad Juárez, en la franja limítrofe con Estados Unidos.
Además, el INM aseguró que contrató vuelos chárter y vehículos para el traslado de migrantes a otras entidades del país o para llevarlos a sus naciones de origen.
Cuestionado por grupos pro-migrantes, el programa para aceptar “deportaciones” de extranjeros en la frontera en territorio mexicano fue implementado después de que Estados Unidos diera fin en mayo a las “expulsiones” exprés por razones de salud bajo el llamado Título 42, el cual fue instaurado en la era Trump durante la pandemia de Covid-19 en marzo de 2020.
Acordadas en un encuentro entre el Presidente Andrés Manuel López Obrador y Liz Sherwood-Randall, Consejera de Seguridad Interna del gobierno de Joe Biden, las deportaciones de extranjeros a México posteriores al fin del Título 42 significaron un logro no alcanzado previamente por el Ejecutivo estadounidense.
Según Washington, las deportaciones de nacionales de Venezuela, Nicaragua, Haití y Cuba a México involucran a personas que cruzaron hacia territorio estadounidense de forma irregular y que no se acogieron a programas de reunificación, permisos humanitarios, asilo y otras vías legales para ingresar.
A pesar de abrir 30 mil permisos humanitarios para los nacionales de dichos cuatro países desde fines de 2022, la Administración Biden ha implementado también una dura directiva que prohíbe a los migrantes irregulares solicitar asilo en la frontera si previamente han cruzado por otro país donde pudieron solicitar asilo.
Apenas el jueves, el Departamento de Seguridad Interna de EEUU reveló también haber llegado a un acuerdo con el Gobierno de Venezuela para reiniciar las devoluciones directas por vía aérea de migrantes irregulares venezolanos desde su territorio pese a las condiciones humanitarias que se viven en tal país.
Cuestionado sobre si la Administración Biden solicitó a México reactivar sus propias deportaciones por aire a países de Sudamérica desde territorio mexicano, el Subsecretario estadounidense Núñez-Neto aseguró que el Gobierno de López Obrador presentó un plan de acciones ayer en el Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad.
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