Una historia de amor termina en tragedia

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Esta es una historia de amor que ha terminado en una pesadilla. María Mercedes Quiroz Gómez está presa desde el 15 de julio de 2017, condenada a 15 meses de prisión, y sus cuatro hijos, todos menores de edad, no pudieron celebrar Navidad.

Su delito es que se murió su marido en 2013 y los hijos de anteriores relaciones la metieron presa con la complicidad de una verdadera mafia que funciona en los departamentos de Boaco y Matagalpa, para arrebatarle todo lo que don Edgar José Mena Tapia le heredó a ella y a sus hijos.

Sus cuatro hijos tenían la esperanza que su mamá sería indultada para Navidad, como habían solicitado varias veces, pero no fue así. Y cada lunes viajan a Matagalpa para visitar a María Mercedes. Están literalmente desesperados y deprimidos porque su papito se murió y a su mamita la tienen en la cárcel. Quieren esperar juntos el Año Nuevo.

La historia empezó en el año 2000. María Mercedes es una humilde mujer que nació el 27 de noviembre de 1982 en la comarca Ojo de Agua del municipio de Teustepe, hija de un matrimonio de campesinos empobrecidos. Para ayudar al sostén de su familia, María Mercedes se iba todos los días con un canasto a vender frutas y verduras en las calles de la ciudad de Boaco. Tenía 18 años y su belleza era cautivadora.

Su vida cambió en mayo de 2000 cuando conoció a don Edgard, un fuerte ganadero con varias propiedades en Boaco y Matiguás y famoso caballista de Boaco que no faltaba a los más importantes desfiles hípicos de cualquier parte del país. Edgard ya había cumplido los 60 años. La enamoró día tras día hasta que en noviembre de ese año María Mercedes le hizo caso.

Empezaron una relación de la cual nacieron dos hijas en los siguientes tres años: Franyeling, que ahora tiene 16 años, y María Mercedes, que ya tiene 14 años. El 21 de octubre de 2009 se casaron y ese mismo año nacieron los gemelos Ronaldo Eligio y Francisco José, que tienen 8 años. Los cuatro llevan el apellido de sus padres, Mena Quiroz.

 

Todo transcurría felizmente en la finca Tres Naciones, ubicada en el barrio Santa Isabel de la ciudad de Boaco, en donde vivía toda la familia. Don Edgard se encargaba de administrar esa finca de 350 manzanas dedicada a la ganadería, y otras tres en Boaco y Matiguás. Pero don Edgard sabía que a sus 72 años, la muerte podía sorprenderlo cualquier día.

Por eso quiso proteger a sus hijos y a su esposa, exactamente como hizo con todos sus cuatro hijos del primer matrimonio y con varios que reconoció de otras relaciones. A todos y cada uno les heredó en vida fincas y lotes. Poco después que nacieron sus gemelos, don Edgard puso la finca Tres Naciones y otra llamada Sonora y Pénjamo a nombre de ellos dos; en 2012 compró en 50 mil dólares una casa en el barrio Olama de Boaco, que puso a nombre de Franyeling y María Mercedes hija, y traspasó los vehículos a nombre de su esposa.

Tenía razón don Edgard: falleció al poco tiempo de proteger a sus hijos, el 26 de mayo de 2013, 35 días antes que cumpliera 73 años el 1 de julio. Y ahí empezó el calvario para María Mercedes y sus cuatro muchachos.

Los hijos del primer matrimonio de don Edgard y de otras relaciones, algunos reconocidos y otros no, iniciaron una avalancha de juicios para anular todos los registros a nombre de los hijos de María Mercedes y arrebatarles todas las propiedades.

Por el medio se metieron abogados, fiscales, jueces y hasta policías, que han ayudado a despojarlos de todo. Son al menos doce juicios entablados en Matagalpa y en Boaco, cuyos demandantes son entre otros, Edgar Alfonso Mena Solórzano, Donald Mena y otros hijos fruto de otras relaciones anteriores, que ya son mayores de edad.

La jueza de distrito de Boaco, Jaqueline Toruño, declaró nulo el testamento de don Edgard y pese a que la mayoría de las propiedades están en el departamento de Boaco, nombra como juez interventor a Carlos Francisco Castillo Martínez, quien tiene domicilio en Matagalpa.

Una parte de las propiedades de don Edgard ya fueron entregadas por retorcidos procedimientos judiciales a los demandantes, todos mayores de edad, y otras ya las vendieron ilegalmente.

Entretanto, los cuatro muchachos viven durante el día al cuidado de su abuela materna, doña María Mercedes Gómez, y por la noche, Franyeling se hace cargo de todo. Franyeling acaba de aprobar el tercer año de secundaria; María Mercedes, el primer año y los gemelos el tercer grado. Para poder estudiar, en la escuela les ayudaron sus maestros y un sicólogo.

La abuela materna, Franyeling y don Jeremías Tapia, hermano de madre de don Edgard, quien tiene 83 años y está en silla de ruedas, administran la finca Tres Naciones y de la leche que venden pagan todos sus gastos. Don Edgard llevó a su hermano a la finca para cuidarlo, y eran muy unidos.

El extremo de la avaricia y la crueldad es que acusaron judicialmente de abigeato a Franyeling Mena Quiroz, de 16 años, porque en la finca que ella y sus hermanos heredaron de su padre, ocupan el fierro autorizado legalmente a don Edgard para marcar al ganado.

 

En la declaratoria de herederos, los demandantes quieren que todos estos bienes pasen a su nombre y se los quiten a María Mercedes y sus hijos:

 Finca Las Colinas, ubicada en la comarca Las Limas, en el municipio de Matiguás. Originalmente, esta finca y un lote en la ciudad de Boaco habían sido heredados en vida a dos hijas de su primer matrimonio, Jennifer y Linda Mena Incer, en calidad de donación con reserva de usufructo. Pero debido a que una de ellas vendió el lote sin su consentimiento, don Edgard decidió quitarles la finca e instruyó a su abogado David Roa para que revirtiera la donación o herencia en vida.

Pero Roa obró de mala fe. A espaldas de don Edgard, nunca reportó la nueva escritura ante la Corte Suprema de Justicia y por lo tanto, nunca reinscribió la propiedad a nombre de don Edgard. María Mercedes ocupaba esa propiedad sin saber nada del chanchullo del abogado y por eso es que la jueza Jacqueline Borge Orozco, del Juzgado Local Único del municipio de Matiguás, la condenó a 15 meses de prisión por el supuesto delito de «usurpación de dominio privado». María Mercedes está presa desde el 15 de julio de 2017.

 Finca San Ramón, en la comarca El Aguacate, con 80 manzanas de extensión. Ya la vendieron, pese a que la propiedad está en litigio y según la ley, no se puede hacer. A esta finca llegaron varios vigilantes y policías con escopetas y fusiles a expulsar a los cuidadores de la finca, incluyendo un menor que está en silla de ruedas. A la familia que cuidaba la finca le prometieron entregarles una casa a cambio que no ofrecieran resistencia ni avisaran a los hijos de María Mercedes. Nunca les cumplieron la promesa y ahora andan rodando en casas de amigos y familiares.

 Finca Sonora y Pénjamo, de 650 manzanas, ubicada en la comarca Santolar La Vega, departamento de Boaco, en la cual había más de 200 novillos de saque y 150 vacas, caballos y mulas. La finca ya fue entregada por el juez interventor a Edgar Alfonso Mena Solórzano, pese a que está inscrita a nombre de los hijos gemelos de don Edgard y María Mercedes.

Finca Tres Naciones, de 350 manzanas, inscrita a nombre de los gemelos en calidad de donación con reserva de usufructo, ubicada en el barrio Santa Isabel, en la ciudad de Boaco. El 14 de agosto del año pasado llegaron a la propiedad el juez interventor y la Policía, para hacer inventario y acosaban a los niños advirtiendo que debían salir o al día siguiente los sacarían a la fuerza.

 Otros bienes en disputa: 2 camionetas Land Cruise año 2008 y una camioneta Coronela año 2002, que fueron traspasadas a la viuda en 2012, un año antes que don Edgard muriera; varios lotes que ni María Mercedes ni sus hijos saben dónde están ubicados y la casa del barrio Olama, que don Edgard compró en 2012 para las niñas.

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