Un niño de dos años disparó a su padre de manera accidental. El hombre, de 26 años, murió poco después en un hospital cerca de Orlando, Florida. La pistola, cargada, se había quedado sin vigilancia. Es por ello que la madre, Marie Ayala, ha sido detenida. Es acusada de homicidio por negligencia.
El accidente ocurrió el pasado 26 de mayo. La Policía local, que acudió al lugar donde se produjeron los hechos, se encontró con la mujer intentando reanimar a Reggie Mabry, el padre del niño. Ambos estaban en libertad condicional por consumo de drogas y negligencia infantil. El niño de dos años había encontrado la pistola en una bolsa en el suelo. Apuntó al padre, que estaba jugando con su ordenador, y disparó de manera accidental. La pareja tenía tres hijos.
“Los propietarios de pistolas que no aseguran bien sus armas están a una fracción de segundo de que ocurra una de estas tragedias”, comentó en rueda de prensa el sheriff del condado de Orange, John Mina. “Ahora estos niños han perdido a sus dos padres. Uno está muerto y el otro está en la cárcel. Y un chico tiene que vivir sabiendo que disparó a su padre”, lamentó.
La tragedia ocurrió en pleno debate sobre el control de las armas en Estados Unidos. Tras los tiroteos de las últimas semanas, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, anunció ayer que aumenta la edad mínima para adquirir armas a 21 años.
“La violencia armada es una epidemia que está destrozando a nuestro país. Los pensamientos y las oraciones no resolverán el problema, pero las acciones fuertes lo harán”, aseguró Hochul.
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