El gobierno de Biden anunciará medidas adicionales durante la Cumbre de Líderes de América del Norte este martes en un intento desesperado por evitar que los migrantes viajen a la frontera sur de EE.UU.
La última lista de esfuerzos llega en un momento de movimiento sin precedentes en el hemisferio occidental y está diseñada para frenar los cruces fronterizos y hacer que los programas para migrar legalmente a Estados Unidos, México y Canadá sean más accesibles, según un alto funcionario de la administración.
Antes de la cumbre del martes, los funcionarios de la administración subrayaron la necesidad de una respuesta regional que comparta la responsabilidad de detener el flujo migratorio entre los socios del hemisferio. El anuncio del martes es un reflejo de eso.
Se espera que la administración Biden anuncie una plataforma virtual que servirá como una ventanilla única para que los migrantes encuentren información sobre las vías legales para las que podrían ser elegibles, ya sea en EE.UU., México o Canadá, y la apertura de un nuevo centro de recursos en el sur de México, dijo el alto funcionario de la administración.
“Estados Unidos, México y Canadá se comprometerán a hacer posible que los migrantes accedan a nuestras vías legales a través de una plataforma”, dijo el alto funcionario de la administración a CNN.
Como parte de ese esfuerzo, EE.UU. también está trabajando con México para abrir centros físicos donde los migrantes puedan obtener información sobre cómo solicitar la inmigración a EE.UU., similar al centro de recursos para migrantes lanzado en Guatemala. Se establecerá un nuevo centro en Tapachula, una ciudad en el sur de México, por la que pasan miles de migrantes en su camino hacia la frontera entre Estados Unidos y México.
El coordinador del Consejo de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas, John Kirby, dijo el lunes que la migración será “un tema principal de discusión” durante la cumbre de esta semana.
La cumbre de este martes se basa en la reunión del año pasado en Los Ángeles, donde los países del Hemisferio Occidental se comprometieron con la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección. La cumbre fue un punto de discordia entre Estados Unidos y México cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó la reunión por desacuerdos sobre quién estaba invitado. Funcionarios mexicanos sí asistieron a la cumbre.
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