Doña Azucena Castellón, matriarca de la familia Castellón Hisloh, conocidos en Siuna por su inquebrantable devoción al Cristo Negro de Esquipulas es la heredera de esta celebración que cumple 105 años de veneración ininterrumpida, pese a fenómenos naturales, la guerra o cualquier otra circunstancia que como familia han tenido que pasar, pero con una fe que nadie ha podido arrebatar.
La novena la inicia cada 6 de enero, cuenta doña Azucena, a quien luego del rezo se le pude ver repartiendo un refrigerio a los asistentes, para el cual muchas personas que le acompañan en su fe, aportan, asegura.
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La mayoría de creyentes que acompañan a doña Azucena deben acomodarse en sillas plásticas sobre la carretera, que para estos días los conductores evitan transitar por el tumulto de gente y sobre todo porque los días principales 14 y 15 de enero la Policía Nacional cierra la calle.
Cuatro generaciones venerando
“105 años vamos a cumplir este 2023, desde que mi bisabuela Antonia Jiménez y mi bisabuelo José Castellón, trajeron la imagen de Matagalpa, hecha de madera, ellos celebraron por 26 años” recordó doña Azucena.
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“Después de mis bisabuelos, mi abuela Dominga Castellón continuó con la celebración por 25 años más, al fallecer, mi mamá Clemen Castellón Alvarado, siguió con la tradición, con mucha devoción lo celebró por 40 años consecutivos, luego enfermó y falleció en el 2010, fue en ese momento que mi hermano Jorge, mi esposo Adán Hislop (q. e. p. d), mis hijos y yo asumimos la responsabilidad de continuar venerando a nuestro patrono, en lo cual llevamos 13 años” refirió.
Reliquia tallada en madera
La imagen es tallada en madera, de color oscuro, sobre su cabeza tiene una corona dorada en forma circular y en la cintura una tela blanca a modo de sudario y la cual hoy luce intacta.
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Conforme pasaba el tiempo la imagen se deterioraba porque los devotos como una forma de agradecer por los favores recibidos ponen en los brazos amuletos, pero gracias a Dios hemos podido restaurar la imagen, porque ahora las imágenes no las hacen de madera, sino de yeso, y para nosotros es una reliquia”, observa.
Fe viva y fuerte
Doña Azucena, aseguró que son muchos los favores que ha recibido del Señor de Esquipulas, “han sido muchas las bendiciones, es una fe viva, fuerte que tenemos a nuestro Santo, no solo nosotros, sino que todos los siuneños. Nuestros ancestros fueron unos devotos fieles y bondadosos, y eso tratamos de mantener nosotros, esa misma fe, esa devoción”.
Celebración que crece
“Son muchas las personas que nos acompañan año con año, tenemos personas que nos colaboran económicamente y otros con víveres, de granito en granito recogemos porque para el día de la vigilia, hay gente que amanece, nos acompañan de otros lados, entonces les damos comida, así hemos mantenido la tradición”. enfatizó.
Castellón, agradeció a todas las personas que la han apoyado y espera que sus hijos continúen la tradición, “esperando en Dios que sigan los muchachos, porque los miro animado también a ellos, entonces puede ser que ellos la continúen”, observa.
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