Aurora, la niña que se despierta con el sol para vender tortillas en las calles de Siuna

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Como el alba en ser la primera en asomarse en la mañana, así despierta la niña Aurora, diario sin importar si el día sale con sol o con fuertes lluvias.

La historia de la niña a quien llamamos Aurorita (nombre ficticio) es real, con tan solo 9 años de edad recorre las calles del municipio de Siuna, vendiendo tortillas, enchiladas y otros productos.

Su primera actividad del día es levantarse a las 3 de la madrugada, carga con una pesada pana de maíz en sus hombros y en compañía de su abuela, sale al molino más cercano a molerlo para hacer tortillas, aunque es bastante curioso, pues, tiene una madrastra joven, un padre joven y sus abuelos no están muy ancianos, por lo que se puede concluir que no están haciendo buen desempeño de sus roles de padres de familia.

Camina en medio de la inseguridad

Al encontrarla caminando por las calles, se le ve avanzar con un paso acelerado, posiblemente sea el miedo a que alguien le haga daño, sin embargo, cuando ve que es conocido, de inmediato ríe entre labios, notablemente y a simple vista se ve el cansancio y obviamente muchas ganas de despertar en su cama cuando el sol  entre por su ventana y le dé en su carita.

Al regresar de moler maíz Aurorita, ayuda en los quehaceres del hogar, viaja a larga distancia en busca de agua, no obstante, el agua que hala no es solo para ella, si no para uso de sus padres y en ocasiones hasta para lavar en la casa.

¡Una niña de 9 años con tantas responsabilidades!, seguramente camina muy cansada por el duro trabajo que a simple vista se ve, por sus brazos fuertes, quizá adoptados a las duras rutinas diarias.

Su nivel educativo ha decaído

Aurorita estudia 4 grado de primaria, ha repetido varios años ese grado debido a que después que ayuda en casa, todavía debe ir a la calle a vender tortillas, repartirlas a donde los clientes que encargan u ofrecer casa a casa «no me queda tiempo para estudiar, llegó muy tarde y con sueño, por eso no pasó el año» cuenta con una voz muy baja y agotada.

Para esta niña es totalmente prohibido regresar a casa con los productos que venden, le piden razón de cada uno de los centavos que ha logrado hacer en el negocio, si por equivocación o debido al cansancio logra dar un mal vuelto o cambio, recibe fuertes castigos físicos y verbales.

A su corta edad y en medio de un ambiente familiar complicado Aurorita señala «quiero ser una doctora, me gusta vestirme de blanco y ayudar a la gente» narra, mientras de una casa murmuran, ahí va la niña de las tortillas.

Al preguntarle sobre si la maltratan dice que solo cuando pierde dinero o llega muy tarde casa «tengo que vender antes de las 7 de la mañana todo porque si no vendo y llego tarde, pierdo de ir a clases y varias veces me han pegado» expresa.

Aparte de tener una vida que debería asumir un adulto la niña expresa «no me dejan jugar, para jugar tengo que hacer todas las cosas en la casa, barrer, halar agua, lavar trastos y si me queda tiempo, juego, si no, no puedo».

El director del centro escolar a donde asiste, manifiesta «nosotros hemos recibido varias quejas en ocasiones del maltrato que recibe, la hemos considerado en las clases, pero, la cantidad de ausencias son muchas  y no hay más opciones que repetir el año».

Constante exposición al peligro en la calle

La vida de Aurorita está en constante peligro, en la madrugada al salir de casa sola con su abuelita, en la calle vendiendo y en la casa, pues, es evidente el poco cuidado que le dan y debido a que constantemente su padre llega ebrio y con una actitud violenta.

La vida de esta niña es totalmente contraria a la de otros niños, mientras a otros hijos los levantan a las 7 de la mañana con un beso, a Aurorita la levantan con un fuerte grito y algunas ofensas; mientras a otros niños le dan dinero para que lo gasten en pequeñas compras, a ella le quitan todo y no tiene derecho a comprarse nada; cuando otros niños desayunan tranquilos para irse a clases, ella lo hace lo más rápido posible para no llegar tarde y quedarse fuera del centro educativo.

La dura vida de algunos niños de las calles es el resultado de la irresponsabilidad de sus padres y demás familiares, cuando algunas personas desean tener un niño para darle amor, otros hacen de la vida de sus hijos un calvario.

Si a tu paso ves a un niño trabajando en la calle  o pidiendo, ayúdale el también pelea sus duras batallas, hagamos de nuestros hijos seres responsables, más no esclavos de nuestras obligaciones.

Derechos de los niños y niñas

A pesar que el código de la niñez y adolescencia, reconoce los derechos de los niños, niñas y adolescentes, en este caso no se está cumpliendo con la protección integral que la familia, la sociedad  y el Estado deben darle a Aurora.

En el Arto. 5.  Se hace mención, que ninguna niña, niño o adolescente, será objeto de cualquier forma de discriminación, explotación, traslado ilícito dentro o fuera del país, violencia, abuso o maltrato físico, psíquico y sexual, tratamiento inhumano, aterrorizador, humillante, opresivo, trato cruel, atentado o negligencia, por acción u omisión a sus derechos y libertades.

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