Ni culpable, ni mentirosa “El drama de una niña abusada sexualmente”

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«Luz» nombre ficticio aún juega con muñecas, sin embargo la agradable niñez que ella debería vivir a su edad está marcada por las pesadillas que la atormentan cada noche a raíz de una violación y los señalamientos de una sociedad que busca proteger a su abusador.

A sus 8 años fue abusada por un vecino, desde entonces su madre Rosaura Amador Barrera ha dedicado la mayor parte de su tiempo en la búsqueda de justicia y de atención de la pequeña.

Luz acude mes a mes a terapias con la psicóloga, en el juzgado de violencia, enfrenta a su corta edad, los señalamientos de las personas que la acusan de mentirosa.

La violación tuvo lugar un domingo en la comunidad de Wany, municipio de Siuna, cuando Luz se fue a una pulpería a comprar una galleta mientras su madre se encontraba en la capilla, el abusador aprovechó que no había gente.

La cara de la madre no disimulaba su dolor mientras explicaba que la niña había sido abusada por un hombre que la invito a entrar a la pulpería para que le dijera cual era la galleta que quería, le preguntó quién era su papá, cuando dio la vuelta la agarro por la espalda y le tapo la boca donde el despiadado aprovechó para abusar de ella.

“Ese día andamos en la iglesia, estaba la hora del rosario, pasaron los minutos y mi hija no llegaba, empecé a desesperarme y salí al predio de la iglesia para buscarla, en eso ya venía, al verme se me lanzó encima en llantos partidos, su cuerpo temblaba y sus manos sudaban heladas, le pregunté insistente que le pasaba pero ella no podía ni hablar, después de un rato me dijo que nos fuéramos a casa, fue hasta ese momento que me dijo lo que ese hombre le había hecho”, recuerda conmocionada la madre.

Con doscientos córdobas la madre de la menor se trasladó a Siuna, la llevó al hospital Carlos Centeno, para que le realizaran un examen, luego puso la denuncia.

Comunidad protectora del abusador

El proceso fue cansado y luchaba contra toda la comunidad que apoyaban al abusador por ser de una familia adinerada, acusaban a la niña de mentirosa y que todo había sido un plan para dañar la imagen del hombre, quien actualmente se encuentra detenido. Sin embargo familiares siguen gestionando para que sea absuelto por medio de una apelación.

“Me he dado cuenta que ya está por salir y apenas tiene como  5 meses de estar preso y eso no es justo”, expresó la madre.

Éxodo

Rosaura y Luz se vieron obligadas a abandonar la comunidad luego de lo ocurrido.

“Luz” ha tenido que salirse de clase por la falta de solidaridad de sus compañeritos de clase y de la misma comunidad, a pesar que siempre ha sido la mejor en su clase, llevando el primer lugar.

“Si eso fuera cierto, entonces ya no eres una niña le decían sus compañeros de clase” o “ahí viene la mentirosa”. Todas estas frases, mas el procedimiento han repercutido en el estado emocional de la niña, al punto de no socializar con nadie del sexo masculino, sea niño o adulto, le cuesta conciliar el sueño y es desganada para alimentarse.

Rosaura recomienda a todas las madres que estén pasando por algo parecido que sean fuertes y que no se queden calladas que denuncien “no se queden en silencio esto es algo que no tiene reparo y daña la vida de los hijos para siempre”.

La pequeña “Luz” asiste mes a mes a terapia con la psicóloga, quien ha tenido un progreso alentador.

Juzgado especializado de Violencia

Siuna cuenta con un juzgado especializado en violencia, donde las principales demandas son en primer lugar los incumplimientos de alimentos, seguido de los delitos sexuales en niñas y niños.

Jasohara Zamora, jueza especializada en violencia, expresó que las principales dificultades que presentan las victimas muchas veces tienen que ver con la lejanía y la pobreza extrema, ya que se les dificulta estar viajando cuando son de comunidades y abandonan el caso.

 Modus operandi​ de los abusadores

La psicóloga de URACCAN Recinto las Minas, Vania Chavarría Vigil, alertó que  las estrategias que utilizan los abusadores sexuales para llevar a cabo su delito contra niñas, niños y adolescentes, es que se ganan la confianza y se hacen amigos o amigas para cometer el hecho. Los espían, estudian el entorno de la víctima.

“Generalmente el abusador es amigo, es familia o vecino, por eso es importante mencionar que dentro de los lugares más vulnerables se encuentran la familia y la escuela, es por eso que tenemos que ser más desconfiadas y saber con quienes están, que están haciendo, estar pendiente de todo lo que hacen nuestros hijos e hijas”, advirtió.

Chavarría Vigil observó que muchas veces les regalan juguetes, caramelos o algo que le llame la atención a los niños, para ir entrando en confianza.

Cuando el abuso es dentro del entorno familiar, la niña, niño o adolescente empieza a darse cuenta de que algo no anda bien, ya sea porque se lo comentó a alguien o porque ve la insistencia del abusador de continuar con este tipo de “juego”. Comienzan a revelarse, a decir que no quieren, se rehúsan a hacer lo que el abusador les obliga, el abusador recurre a la violencia, hace uso de su poder y autoridad y comienza a amenazar a la niña, niño o adolescente para que no comente lo que está ocurriendo, logrando el silencio a través de la amenaza a su vida o a la de sus seres queridos e incluso a la de él.

La funcionaria precisó que tras la violación se observa un cambio de comportamiento de los niños, “Se observa un rechazo abierto a estar cerca del abusador, la persona buena y querida se transformó en un ogro, la transformación física que ve en el abusador cuando está cometiendo el delito les causa mucho miedo, por eso puede ser que llore, se enoje o se esconda cuando lo ve o lo obligan a estar con él. Se observa este comportamiento como malacrianza o rebeldía”.

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