Historiografía de Gregoria Flores. Sinónimo de perseverancia y lucha.

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La fortaleza y la determinación de las madres es incomparable, en Nicaragua las mujeres nos caracterizamos por ser auto determinadas, decididas y sobre todo con un poder de liderazgo en las familias, las madres del municipio de Siuna a pesar de sufrir en la parte económica hay un bajo índice de ser desnaturalizadas, por lo general, se hacen cargo de sus hijos e hijas sin importar la cantidad y las limitantes que se pueda obtener, al final sus descendientes sobresalen en carreras universitarias, grandes empleos y como ejemplos a seguir en la sociedad.

En esta ocasión contaremos la historia de la señora Gregoria Flores Martínez, también reconocida con estimación como doña Goyita, nació el 09 de mayo de 1966, a los 16 años dio a luz a su primera hija Rosa Montenegro y a los 18 años a su segunda hija Brenda Tenorio, al ser una madre soltera sus padres Bertha Martínez y Víctor Flores le apoyaron con el sustento diario para poder crecer con buena salud y alimentación a sus dos primeras hijas, siempre ha vivido en el barrio Dolores Marín de la ciudad de Siuna.

Doña Goyita no fue una madre mantenida, ella buscó como resolver sus problemas económicos, buscó empleo pero al tener un bajo nivel de escolaridad, lo único que le ofrecieron fue ser doméstica y con un sueldo muy bajo, pero de esa manera logró superar algunas dificultades, sobre todo las de índole financieras, por ser una luchadora e inclaudicable se unió a las fuerzas revolucionarias, ella no cargó un fusil pero si aportó en los quehaceres domésticos, fue cocinera y lavadora de la ropa de los militares.

Rosa Montenegro (izq), Juan Álvares (medio) y Gregoria (der)

A pesar de ser un trabajo muy pesado, Gregoria Flores bajo los designios del destino conoció el amor durante la trágica guerra contrarrevolucionaria de los años 80, en esos años realizó su vida amorosa junto a Francisco Álvarez conocido como Chico Pinol con quien procreó 4 hijas más y  el único varón de la familia, “el que tanto deseaban”, según su hija Xiomara Álvarez.

 Doña Goyita pasó de ser una madre soltera a tener un gran apoyo moral y económico por parte de su compañero de vida Francisco, porque él se hizo cargo de las dos primeras hijas, todo parecía ser perfecto hasta que la vida decidió cambiar su rumbo y nuevamente se quedó sola con sus 6 retoños, porque su marido falleció.

Al quedar viuda y desamparada, doña Gregoria le tocó regresar a su antiguo trabajo de asistente del hogar, en esta ocasión laboró por muchos años en casa de la señora María Iris Castellón (qepd), al ganarse el cariño de María Iris, “esta amable señora habló con su hijo José Manuel Marín Castellón quien era el Vicerrector de URACCAN Siuna para que le diera la oportunidad de trabajar en el área de cocina”, relató su hija Rosa Montenegro.

Doña Goyita junto a una parte del personal de la Universidad

Desde hace 19 años labora para la Universidad URACCAN, actualmente es la responsable de la cocina, por su buen desempeño laboral es respetada y tratada con cariño por todo el personal del recinto, “al laborar en dicha institución con la cual pudo terminar de crecer y educar a sus hijas e hijas”, dijo Rosa.

Gregoria Flores es sinónimo de perseverancia, fortaleza y gratitud, las madres luchadoras que necesita el país, mujeres penconas, de carácter fuerte pero llenas de amor y cariño por sus hijos e hijas.

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